Colombia:Acuerdo de Paz un Decantado proceso de paz
Logo Enrique Neira

 

 

     

  Un proceso de paz es siempre complejo y delicado, requiere de un "tempo" apropiado, de momentos oportunos para la movilización de ideas, de voluntades, de soluciones y arreglos. Basta ver lo que ha sido el desarrollo laborioso de importantes procesos de paz en el mundo. Unos han sido exitosos tras mucho tiempo (como en El Salvador-Guatemala, Bosnia-Serbia, Irlanda del Norte, Sri Lanka). Otros dispendiosos y difíciles pero llegaron a buen término (en Filipinas y Nepal); uno más apenas comenzando en Birmania; y otro todavía inconcluso y enredado como es el de Israel-Autonomía Palestina.  Colombia -tras negativas experiencias anteriores en los pasados 50 años- emprendió por su cuenta hace tres años largos un nuevo proceso de paz, no repitiendo errores ni fallas de los anteriores.

 

Análisis & Opinión
Más de 550 artículos que combinan la actualidad política mundial y la reflexión académica y conocimientos del autor

Biografia del autor
CV, trayectoria, principales obras y publicaciones y personajes de la historia que lo han inspirado

Editoriales
Más de 170 Editoriales publicados sobre la actualidad política del Mundo : análisis de opinión de situaciones complejas y de gran impacto sobre el mundo de hoy.

 Éste debía funcionar y así lo hizo. Logra terminar con el largo conflicto armado de muchos lustros que tanto ha costado y desangrado a un  país que a pesar de todo ha demostrado vitalidad de selva tupida y salud de liana trepadora a través de superar obstáculos.  Colombia debía confirmar que a pesar de la violencia del  pasado y de la incertidumbre del presente, podía creer en el porvenir.

Tras esta negociación que llegó a su etapa final ha habido una cuidadosa estrategia, liderada por Sergio Jaramillo, el asesor de seguridad del Presidente Santos -en continuidad y empalme con el anterior asesor del presidente Uribe, Frank  Pearl en los contactos iniciados en Noruega y ahora llamado por el presidente Santos para intentar algún trato con el ELN. . Se acordó previamente entre el gobierno y las Farc una agenda  acotada a temas limitados y con el fin explícito de poner fin al conflicto armado.
A saber 1) conversaciones en el exterior, sin despeje ni concesiones territoriales, que en realidad consiguieron mantenerse en secreto por varios meses y negociaciones que tendrían igual carácter. 2) una fase solo de negociación a la que seguiría la implementación de todo lo acordado. 3) un puñado de facilitadores internacionales escogidos por las partes. 4) blindaje frente al ruido mediático.
Elementos, que muestran que se estaba ante un proceso cuidadosamente sopesado por sus diseñadores. La nueva agenda indica, a primera vista, que no se trataba de tumbar el edificio Colombia para construir uno nuevo, sino de hacerle unos ajustes conservando la misma estructura consagrada en la Constitución de 1991.
                Fueron 5 los grandes momentos y temas del diálogo, discutidos con encuentros y desencuentros , convenidos entre las partes (Gobierno y Farc) en un Pre Acuerdo suscrito el 23 de septiembre de 2015, hecho público días después y que no se firmó por las partes sino hasta el Acuerdo final y definitivo del 23 junio 2016. Fueron varios los avatares que pusieron a prueba y en duda la real “ voluntad de paz” de las Farc y el compromiso correspondiente asumido por el Gobierno Santos ante presiones que llegaban políticamente tanto de la izquierda como de la derecha para hundir el proyecto de paz en ciernes.
            País “político” y país “nacional”
            En Colombia ‐así como en otros países‐ se repite con frecuencia que hay un "país político" representado por los partidos del sistema, ajenos, distanciados y con frecuencia divorciado en sus ejecutorias de ese otro país, el "país nacional" que con sus inmensas necesidades hace justos reclamos por una buena gobernanza que atienda a sus problemas más sentidos.
            Desde 1848, fecha de fundación de sus dos partidos tradicionales, Colombia vivió bajo la hegemonía alternada y según algunos 'oligárquica' del Liberalismo y del Conservatismo,  hasta 1989. Irrumpe en la escena electoral en 1988 una bella e inteligente mujer, Noemí Sanín Posada, quien con sus 4'800.000 votos encarnó una "tercería" para la elección presidencial que cuestionó fuertemente el Bipartidismo del país. Y llegó Alvaro Uribe Vélez, quien desde el 2002 hasta el 2010 (incluida una reelección) logra el reencuentro del "país político" con el "país nacional". Uribe mantuvo el apoyo popular (y en cifras significativas del 75%) durante sus dos períodos en la Presidencia. Su estilo personal y sus cualidades de gobernante, su talante y capacidad de conducción hicieron de él un ‘fenómeno’ político que no se veía desde hace muchos años en Colombia. Fue constante la imagen del presidente siempre trabajador y frentero, comunicativo y honesto con su pueblo, dispuesto a romper esquemas y a cambiar la historia en cuanto de él dependiera. Encarnó un tipo de liderazgo político consustanciado con las expectativas del país nacional, quien lo respetó, admiró y quiso hasta el final. Uribe supo ser el líder que lleva a su pueblo de donde está a donde debe estar; actuó como la enzima que acelera los procesos sociales; fue el comadrón que vigila el parto de un pueblo en camino. Los resultados estuvieron focalizados en tres ejes de su administración: la seguridad democrática, la inversión en el país y la cohesión social.

Véase artículo Enrique Neira “El legado de Uribe”, Observatorio de Política Internacional  15-08-2010.

Ello explica que su presencia y conducción, al finalizar su mandato (2010) como fundador del Centro Democrático  y senador de la República, siga influyendo  - en forma desconcertante y contradictoria para algunos- en los dos periodos consecutivos de gobierno del presidente Santos. Varios de los  medios audio‐visuales, y parte de la opinión pública nacional e internacional –en nuestra apreciación- se han equivocado  al tratar de enemistar personalmente al ex presidente Uribe con quien fuera su buen ministro de Defensa en la lucha sin cuartel contra las guerrillas y el narcotráfico,y fue Uribe quien había propuesto a Santos como su candidato para sucederlo al frente del Ejecutivo-. A Uribe ‐como él mismo dijo‐ al terminar su mandato “solo le faltó tiempo para exterminar militarmente a las FARC y al ELN”. Pero bien sabe, por lo acontecido en la historia de otros países con conflictos, que no son las armas sino un acertado diálogo político lo que lleva a un buen desenlace. Pero se ha resistido -quizás en demasía por no tenerle confianza- a aceptar que la guerrilla marxista‐leninista que por años se burló de varios gobiernos e hizo tanto daño al país viniera ahora a aprovecharse  del gobierno de mano abierta de Santos y pasar de "agachada" o con ventajas para seguir en sus mismos intentos a través del nuevo proceso de paz.

            Había claridad sobre dos hechos: 1º el actual clima antibelicista que se respira a nivel mundial, tras los atentados de Al Qaeda (11 sept. 2011) con "cero tolerancia" hacia la
violencia armada como recurso de acción política aun con el pretexto de causas justas.
2o La verificación de la debilidad e incapacidad en que había quedado la guerrilla tras los contundentes golpes y asedio permanente de sus frentes que le impuso la política de Seguridad Democrática del gobierno de Uribe en los pasados 8 años.

            Uribe no veía con buenos ojos que Santos bajara la guardia y quería prevenir posibles concesiones que permitieran a la guerrilla resucitar y crecerse de nuevo. Su enemigo no era (ni lo es) Santos sino la Guerrilla. Y aquí se engañaron muchos. Y parte del engaño y confusión se debe quizás parcialmente al mismo estilo dubitativo y talante pragmático, acomodaticio, complaciente, propio del nuevo mandatario y que mucha gente no acaba de conoce ni de aceptar.

            Santos consciente también de los dos hechos anteriores y como reconocido buen jugador de póker -que sabe todas las jugadas o las calcula todas, e intuye el momento de "pasar" o de jugar a "todo o nada"- entrevió que ambas circunstancias le eran propicias para un juego (que además iba a redundar en su exitosa carrera política) de embarcarse en un Proceso de Paz anhelada por todas las gentes de Colombia. Y este  sería el "as" de corazones en su manga, el argumento definitivo para ganar la partida. Como la ganó!

TEMAS:

  1. Historial Político
  2. ¿Cuál paz?
  3. Farc
  4. Causas del conflicto armado
  5. Decantado proceso de paz
  6. Avatares del proceso
  7. Los grandes temas acordados
  8. El acuerdo final
  9. Post conflicto
  10. Conclusión

ENF  13-07-2016